Flora Vernet, detective de lo desconocido

Actualidad de las empresas aragonesas, enero 2017


Un detective es un policía que practica investigaciones reservadas y que en ocasiones interviene en procedimientos judiciales


En la ficción ha habido muchos. Marco Didio Falco (Lindsey Davis) en la época del Emperador romano Vespasiano y Fray Guillermo de Baskerville (antológica la actuación de Sean Connery en la película de Jean-Jacques Annaud de 1980) y su pupilo Adso de Melk (“El nombre de la rosa, Umberto Eco” Debolsillo, 2009) en la Edad Media. 
En tiempos más modernos: Sherlock Holmes (Sir Arthur Conan Doyle) y su némesis, el profesor Moriarty, Hércules Poirot (Agatha Cristie) o C. Auguste Dupin (Edgar Allan Poe) que esclareció los “Crímenes de la Calle Morgue” o el inspector Ellery Queen y su ayudante el sargento Velie (Ellery Queen, pseudónimo de Frederick Dannay y Manfred Bennington).

Sin embargo hay pocas mujeres detectives. 
La anciana Miss Marple (Agatha Cristie) es la más famosa… 
Hasta que llegó la señorita Flora Vernet (Thierry Gloris y Jacques Lamontagne), la primera de su promoción en la Universidad (una licencia de sus creadores ya que en la época victoriana las mujeres tenían prohibida la formación universitaria), clarividente, perspicaz, inteligente, revolucionaria, intrépida conductora (es un talento innato), excelente ajedrecista y formidable atleta. 
La estupidez de los hombres es precisamente lo que les pone en desventaja, afirma divertida, nuestra heroína. 
No hay más que comprobar el ingenuo machismo del bobo, patético, ingenuo y libidinoso, inspector George Nimber. 
El propio Dupin no sale muy bien parado cuando afirma que no es que las mujeres tengan menos capacidad de análisis y temple necesario para ejercer la profesión de detective. La tienen, pero son frívolas. 
No obstante, para peculiar, el caballero Hugo Beyle que despilfarra sus rentas despreocupadamente disfrutando todos los viernes de los placeres de la noche en el cabaret de madame Lulú. 
Aunque no lo aparenta, tiene más de veintiún años y reconoce que se le va la mano con la bebida y cuando está borracho le apetece probarlo todo: absenta, aguardiente, coñac… 
Tras “Aspic. Detectives de lo desconocido: La enana de los ectoplasmas” (Yermo, 2015) llega “El baile de los vampiros” (Yermo, 2016). Si en la primera aventura, se trataba de investigar la desaparición de Kathy Wuthering, la minúscula médium de piel arrugada -y que gusta de molestar a los espíritus a pesar de las críticas del gremio por exceso de invocaciones-, en esta ocasión, la agencia tiene como encargo descubrir el paradero del espectro de un indio venido directamente del Lejano Oeste. Las pistas llevarán a Flora y a Hugo al extravagante mundo del circo con mujeres barbudas, forzudos iracundos, domadores de tigres, hermanos siamaeses y vampiros del tren del terror.

Jacques Lamontagne (Québec, 1971) estuvo de visita en España, con motivo de la celebración en Madrid las Jornadas Comiqueras que organiza SD Distribuciones en colaboración con FNAC.
Jacques derrochó profesionalidad tanto en la mesa redonda en la que participó junto con David Etien (París, 1981) y Andre Taymans (Bruselas, 1967) y en la clase magistral que impartió así simpatía en sus multitudinarias sesiones de firmas que hicieron las delicias de los aficionados. 
El dibujante canadiense hizo sus primeros pinitos en el mundo del dibujo como free lance en agencias de publicidad y editoriales y en el cómic de humor en la revista Safari. 
En 2004 firma con la editorial francesa Soleil para realizar una nueva serie Los druidas" (En España publicada por Yermo) junto con el guionista Jean-Luc Istin, conocido en nuestro país por ser el guionista de Jaime Calderón (Isabel, la loba de Francia). A fecha de hoy día ya han salido nueve álbumes y la serie continúa siendo todo un éxito. 
Otras obras suyas son "Le sang du dragon", "Lancelot" o "Yuna".