Ugalde

Wander ha encontrado en Heraldo una reseña sobre el caricaturista Francisco Ugalde (Tarazona, 1903-Madrid, 1978). Os adjunto copiapega de una entrevista en 1955 enHERALDO.
-Ya sabes -me dice-. Soy de Tarazona. ¡Cómo la recuerdo! Si algún año no puedo ir para las fiestas parece que me falta algo, créeme. Soy un enamorado de mi tierra. Y de mi Zaragoza, que también es mía. Allí pasé lo mejor de mi vida.
-Cuéntame, ¿qué hiciste de chico?
-A los diez años fui a estudiar el Bachillerato al colegio de San Francisco Javier de Tudela, y a los trecea Zaragoza a continuar los estudios en aquel instituto.
-¿Tu afición al dibujo?
-Llegó poco después. Al año siguiente marché a Guadalajara, a la Academia preparatoria para ingreso en Ingenieros, y allí empecé a coger los lápices, en un curso de dibujo de paisaje, con Parellada de profesor. No me gustaba el paisaje y me entretenía en hacer caricaturas.
-¿La primera que hiciste?
-La del profesor.
-¿Por qué no te gustaba el paisaje?
-Porque había que copiar y a mi me gustaba más crear.
-¿Tiempo en la Academia?
-Tres o cuatro años. Lo dejé.
-¿Por qué?
-En vez de estudiar, caricaturizaba a todo el mundo. Además, los sábados me venía a Madrid a ver exposiciones y a divertirme.
-¿Después?
-Fui soldado de Intendencia en Zaragoza y, al mismo tiempo, estudiaba Ciencias Químicas. Los veranos los pasaba en Tarazona.
-¿Cómo entraste en el HERALDO?
-Entonces. Con motivo de aquellos estupendos números que HERALDO DE ARAGÓN dedicaba a Tarazona en fiestas cayó por allí el popular ‘Mefisto’. Este, al enterarse de que yo tenía hechas las caricaturas de los turiasonenses más conocidos, me dijo un día en el casino: ‘¿Quieres que publique tus caricaturas con unos versitos míos?’. Y ya fuera de fiestas se publicó en HERALDO una página entera de cosas de mi pueblo. Días después recibí una carta de ‘Mefisto’ ofreciéndome, en nombre de don Antonio Mompeón Motos, una colaboración en el gran rotativo aragonés.
-¿Año?
-1922.
-¿Tu primera caricatura en el HERALDO?
-La de don Manuel Lorenzo Pardo.
-¿Hasta cuándo colaboraste?
-Hasta 1927, que vine a Madrid.
-¿Dejaste los estudios?
-Los había dejado ya. D. Antonio Mompeón, que como sabe muy bien era un padre para todos, tenía mucho interés en que terminase la carrera y constantemente me animaba a ello. Nada. No me presenté a unos exámenes y nuestro querido querido gerente se llevó un sincero disgusto.
-¿Cómo fue lo de ir a ’ABC’?
-Hice unos trabajos que encajaron bien en el diario madrileño y aquí me vine con un contrato. Fresno ya no estaba en el periódico. A pesar de que me tiraba mucho Zaragoza, la ilusión de trabajar en la capital de España pudo más. Eran los años en los que uno sueña. En ‘ABC’ se me dispensó una acogida cariñosísima, como yo no podía imaginar. Una vez de plantilla, y para que no me creyesen huérfano de recomendaciones, pedí a don Antonio Mompeón una carta para don Torcuato Luca de Tena, carta que escribió en términos cariñosísimos sin pérdida de tiempo.
-¿Tu debut en ‘ABC’?
-Con el estreno de ‘Rondalla’, de los Quintero. Fueron las caricaturas de Fernando Díaz de Mendoza, Marujita Guerrero, Emilio Thuiller, la Pino… La compañía venía del Teatro Principal de Zaragoza al Español de Madrid.
-¿Vas a todos los estrenos?
-Voy a estrenos, pruebas privadas de cine y ensayos teatrales de madrugada.
-¿Otras colaboraciones?
-’Dígame’, ‘Marca’, Agencia Logos…
-¿Prefieres teatro o cine?
-Teatro.
-¿Fútbol?
-No soy ‘hincha’ de ningún equipo. Se me ocurrió serlo del Zaragoza el año en que descendió y en todos los sitios me tomaban el pelo. Me di de baja de ‘hincha’ y ahora lleno boletos.
-¿Qué le pones al Zaragoza?
-Siempre de ganador y casi siempre me echa abajo las quinielas.
-¿A qué artistas has caricaturizado más veces?
-A María Fernanda Ladrón de Guevara. Después a la Gámez, a Valeriano…
-¿Algún hueso?
-Jacinto Guerrero es uno de los más ‘huesos’ para la caricatura. Sirio luchó mucho hasta conseguirla. También sudé con la de Carmen Díaz.
-¿Por qué?
-Porque quería salir delgada. Tenía la obsesión de que estaba muy gruesa. Tuve que luchar para quedar bien con ella y con el público.
-¿Cuántas caricaturas habrás hecho?
-Unas sesenta mil. Hace cuatro años, cuando me dieron el Premio Rodríguez Santamaría, saqué la cuenta y me salieron cincuenta y tres mil. Son veintiocho años a cinco y seis caricaturas diarias.
-¿Tus proyectos?
-Seguir aprendiendo. Desgraciado el que se las sabe todas… Lo peor es el llegar. Prefiero estar siempre en el camino.