Distribución digital de los cómics

Leo un artículo en La Prensa Gráfica (El Salvador) sobre cómic e internet:
La nueva era del cómic, distribución digital en vez de las tradicionales "revistas", se encuentra cada vez más cerca. Tanto Marvel como DC Comics, dos de los gigantes del medio, trabajan para lograr la transición, lo que supone todo un desafío. En el caso del cómic moderno, cuya tradición se remonta a los años 20 y 30 (Superman apareció por primera vez en 1938), la digitalización ofrece una experiencia completamente distinta. No sólo se trata de extrañar la sensación que produce el papel (el olor a tinta, lo rugoso de la superficie), sino de la forma en que se ordenan y leen los cuadros: la narrativa visual del cómic es importantísima, y aunque todavía no está claro cómo será el nuevo formato ni el precio de distribución ni la respuesta de los fans, la guerra por desarrollar el mejor soporte digital ha empezado.
"Queremos que la gente tenga acceso a los comics a través de todas las maneras posibles -dice Dan Buckley, director de publicaciones de Marvel Enterprises-. El cómic en papel y el cómic digital no se canibalizan mutuamente".
Contrario a lo que sucede con los DVD, y especialmente con los CD, cuyas ventas han disminuido a causa de la distribución digital, las ventas del cómic en papel no sólo se mantienen estables, sino que se incrementan año con año. En 2007, la industria del cómic generó 705 millones de dólares en Canadá y Estados Unidos, 10% más que en 2006.
Pero la industria se prepara para el futuro. Como un primer acercamiento a la venta en línea, el año pasado se creó Marvel Digital Comics Unlimited, un servicio de suscripción que brinda un acceso ilimitado a más de 5 mil comics digitalizados, entre ellos, por ejemplo, los primeros y originales 100 ejemplares del Hombre Araña.
Por su parte, DC Comics, en colaboración con Warner, han presentado Watchmen y Batman Adventures: Mad Love como motion comics (los comics existentes pero con movimiento de paneos y zoom, y con actores interpretando los diálogos) a un costo que se acerca a los dos dólares.
Según los especialistas, esta técnica permitirá revivir los viejos catálogos de las empresas, antes de que los nuevos formatos se popularicen.