Alfonso I el Batallador (arte: David Guirao)

Alfonso I, el Batallador, (1073 - 1134), rey de Aragón y de Navarra (1104 - 1134) se hizo llamar: "Rey y Emperador de Castilla, Toledo, Aragón, Pamplona, Sobrarbe y Ribagorza".
Emperador, amparado en la teoría política que concede el imperio al que domina tres o más reinos. Hijo de Sancho Ramírez (rey de Aragón y de Navarra entre 1063 y 1094) y de Felicia de Roucy. También hermanastro de Pedro I. Los ecos de sus victorias traspasaron fronteras; en la Crónica de San Juan de la Peña del siglo XV podemos leer: "clamabanlo don Alfonso batallador porque en Espayna non ovo tan buen caballero que veynte nueve batallas vencio".
Reinando su padre participó en la toma de Huesca (batalla de Alcoraz (1096) y en la expedición de ayuda al Cid en tierras valencianas contra los almorávides. Sus primeros años los pasó en el monasterio de Siresa (Valle de Hecho, Huesca, zona de habla aragonesa (incluso en nuestros días: fabla chesa o cheso), formándose en "letras" y arte militar (su ayo era Lope Garcés "El Peregrino" que obtuvo posteriormente del rey el condado de Pedrola como recompensa por los servicios prestados).
Siendo Infante, Alonso Sánchez (como consta en diferentes documentos) se formó en las tareas de gobierno como señor de Biel, Luna, Ardenes y Bailo. Alfonso no estaba destinado a ser rey, ya que era hijo de un segundo matrimonio de su padre el rey Sancho Ramírez, pero una serie de hechos hicieron que murieran, primero su padre en 1094 y luego en 1104, Pedro I, el hijo que aquel tuvo con su primera mujer, Isabel de Urgel. A su vez Pedro I se había quedado sin herederos, pues había perdido a sus dos hijos: Isabel (1103) y Pedro (1104, casado con María Rodríguez, hija del Cid). Conquistó Zaragoza en 1118 y la convirtió en capital de su reino. Más tarde recuperó Calatayud, Tudela y Tarazona (¡qué pasa, Juan Carlos?), entre otras ciudades.
En 1120 derrotó en la batalla de Cutanda al ejército musulmán que trataba de reconquistar Zaragoza. Legó sus reinos a las órdenes del Temple y del Santo Sepulcro. Por lo tanto, Alfonso llegó al trono soltero y mayor de 30 años, sucediendo a su hermanastro Pedro I (rey de Aragón y de Navarra, 1094-1104). Durante el reinado de Pedro I destacó como militar, valiente y buen estratega, dirigiendo bien el ejército y yendo al frente.
En los 30 años que duró su reinado duplicó los límites del Reino de Aragón.
Conquistó Ejea de los Caballeros y Tauste. Consolidó las posiciones del Castellar y Juslíbol (1105)
Venció a Mostain II en Valtierra (1106)
Tamarite de Litera, y San Esteban de Litera. (1107)
Fitero, Corella, Cintruénigo, Murchante, Monteagudo y Cascante en (1117). Les otorgó el disfrute de los montes colindantes en régimen de facerías (uso compartido).
En 1118 el concilio celebrado en Toulouse, (Francia) ofrece los beneficios de cruzada a los que acudan a la ayuda de la conquista de Zaragoza. Numerosos señores franceses (francos y bearneses) se concentraron en Ayerbe, conquistaron Almudévar, Gurrea de Gállego y Zuera y sitiaron a finales de mayo Zaragoza. El sitio se completó con el corte de la acequia de la Romareda, abastecedora de agua de la ciudad, que fue finalmente tomada el 18 de diciembre de 1118. La ocupación se efectuó de forma simbólica con la toma de posesión de la Azuda, edificio del Gobierno (todavía hoy se conservan sus restos: el torreón de Zuda). Alfonso I cedió el palacio de la Aljafería a los monjes Bernardos.
Le otorgó a Zaragoza el fuero "tortum per tortum" (facilita tomarse la justicia por su mano). Está documentado que durante el primer año siguieron habitaban alrededor de 20.000 musulmanes en Zaragoza, hasta que se los trasladó a los arrabales dispuestos al efecto. La toma de Zaragoza supuso la caída de todo el reino moro.
Toma Fuentes de Ebro, Alfajarín, Tudela, el valle del Alhama: Cervera, Tudejen, Castellón, Tarazona, Ágreda, Magallón, Borja, Alagón, Novillas, Mallén, Rueda, Épila (1119) (Tudején y Castellón, fortalezas medievales, hoy en ruinas).
Repobló Soria y su comarca; sitió Calatayud (1119), pero debió salir al encuentro de un ejército almorávide que trataba de parar el avance cristiano. Había subido desde el Levante por la vieja calzada romana que transcurre por los cauces de los ríos Guadalaviar-Turia y Jiloca. Encontró y venció a los almorávides en Cutanda, a 12 km de Calamocha (Teruel). Se adelantó hasta los parajes de Monreal del Campo, donde se instaló, fundando el actual pueblo. Acto seguido conquistó Calatayud; se hizo con los valles del Jalón y Jiloca y tomó Bubierca, Alhama de Aragón, Ariza y Daroca (1120).
En Belchite (1122) fundó una cofradía militar para luchar contra los moros, recibiendo los cofrades grandes privilegios e indulgencias. Era la pionera de las Órdenes militares en Aragón. Años después organizó en Monreal del Campo (Teruel), la Militia Christi, a semejanza de las fundadas en Tierra Santa.
En (1123) sitia Lérida, ya en manos de Ramón Berenguer III, conde de Barcelona.
En el invierno de (1124) realizó una arriesgada incursión a Peña Cadiella (Benicadell) como ensayo de la expedición a Andalucía, que realizará a finales de septiembre de (1125). Llevó a cabo una incursión militar contra Granada (el objetivo era implantar un principado cristiano allí) y Córdoba (llegó hasta Motril), campaña de la que se trajo consigo más de 10.000 mozárabes y un gran botín. El recorrido de ida lo realizó vía Teruel y Valencia, y el de vuelta por Cuenca y Albarracín (1125-1126).
Conquistó Longares (1127). Perdió las posesiones castellanas a manos de Alfonso VII de Castilla. Firmó la paz con Alfonso VII de Castilla en Támara fijando las fronteras de ambos reinos en (1128). Conquistó Molina de Aragón, repobló Cella (Teruel), Ribota y Monzón, volvió a derrotar a los almorávides en Cullera y sitió Valencia (1129). Expedición-incursión al Valle de Arán, (Octubre 1130 - inicios 1131). Tenía vasallos al otro lado de los Pirineos y les debía protección; el mocarca decía reinar "desde Belorado hasta Pallars y dede Bayona hasta Monreal". Sitió durante un año y se apoderó de Bayona (1131). Sitió y se apoderó de Mequinenza (1133). Sitió Fraga con sólo 500 caballeros, entre ellos García Ramírez, futuro rey de Navarra y fue derrotado el 17 de julio. Muere el 7 de septiembre de 1134 a consecuencia de las heridas recibidas durante el combate, en la aldea de Poleñino (Huesca), entre Sariñena y Grañén, siendo sepultado en la abadía de Montearagón, cerca de Huesca.
Alfonso se casó con Urraca de Castilla en el otoño de 1109, única hija y heredera de Alfonso VI, que había quedado viuda de Raimundo de Borgoña. El matrimonio había sido proyectado por Alfonso VI, que no pudo asistir a la boda, ya que murió el 29 de junio de 1109 en Toledo. El objetivo del enlace era aunar las fuerzas de los dos reinos para contener el avance de los almorávides. Los esponsales tuvieron lugar cerca de Burgos, en el castillo de Muñó. Urraca tenía un hijo de su anterior matrimonio: Alfonso Raimúndez, el futuro Alfonso VII de Castilla.
En las capitulaciones matrimoniales de Alfonso VI de Castilla estaba pactado que Alfonso I actuaría como rey de Castilla (Urraca se opuso en favor de su hijo) y que, en caso de tener un hijo, éste heredaría los reinos de sus padres; saliendo mal parado Alfonso Raimúndez, cosa que no contentaba ni al arzobispo de Compostela ni a varios poderosos gallegos que dieron lugar a revueltas tendentes al independentismo.
El fuerte carácter de Alfonso I, su falta de mano izquierda en la política y el choque con el carácter de su mujer; (Alfonso I le llegó a pegar y encerrar en "las mazmorras" de la fortaleza de Castellar. Urraca llegó a decir que le pegó con manos y pies) llevó al fracaso del matrimonio.
Como era habitual en aquellos años, los altos clérigos opuestos al matrimonio de Alfonso I y Urraca de Castilla, presionaron al Papa. Éste se reunió con ellos en León en octubre de 1144, en la que dictaminó que no estaban permitidos los matrimonios consanguíneos, y ellos eran ambos biznietos de Sancho III, "el Mayor", de Navarra.
Como los dos eran primos segundos, el papa Pascual II anuló el matrimonio y los excomulgó, aunque ellos siguieron juntos hasta 1114, año en el que debido al fracaso en la unificación de los reinos, Alfonso, que era profundamente religioso repudió a Urraca. No obstante, siguió utilizando el título de rey de Castilla.
Alfonso I vivió en una constante Cruzada, no en vano se le atribuye la frase: "un verdadero soldado debe vivir con hombres y no con mujeres". Hizo testamento en favor de Dios (1131) durante el asedio de Bayona: "En nombre del bien más grande e incomparable que es Dios. Yo Alfonso, rey de Aragón, de Pamplona [...] pensando en mi suerte y refexionando que la naturaleza hace mortales a todos los hombres, me propuse, mientras tuviera vida y salud, distribuir el reino que Dios me concedió y mis posesiones y rentas de la manera más conveniente para después de mi existencia. Por consiguiente temiendo el juicio divino, para la salvación de mi alma y también la de mi padre y mi madre y la de todos mis familiares, hago testamento a Dios, a Nuestro Señor Jesucristo y a todos sus santos. Y con buen ánimo y espontánea voluntad ofrezco a Dios, a la Virgen María de Pamplona y a San Salvador de Leyre, el castillo de Estella con toda la villa [...], dono a Santa María de Nájera y a San Millán [...], dono también a San Jaime de Galicia [...], dono también a San Juan de la Peña [...] y también para después de mi muerte dejo como heredero y sucesor mío al Sepulcro del Señor que está en Jerusalén [...] todo esto lo hago para la salvación del alma de mi padre y de mi madre y la remisión de todos mis pecados y para merecer un lugar en la vida eterna..." Ante el disgusto de la Iglesia y de los nobles como resultado del testamento, se llegó al acuerdo de que en Aragón le sucediera su hermano Ramiro, que reinó como Ramiro II el Monje y en Navarra García Ramírez, el Restaurador, hijo del infante Don Ramiro, que estaba casado con una hija del Cid. Se separaban las coronas de Navarra y Aragón después de 50 años, quedando fijadas las fronteras definitivas entre Navarra y Aragón.

Fuente: Wikipedia